El otoño ha llegado. El termómetro y el calendario lo confirman. En esta preciosa época del año, que tanto nos encanta, no solo tenemos que despedirnos de minishort, terracitas y calor. Además la cruel naturaleza decide que cada vez que nos cepillemos el pelo, encontremos en el peine la mitad de la melena que antes estaba en nuestras cabezas.

No os preocupéis. Para luchar contra ello hay un remedio natural y que funciona de verdad: la alfalfa. Yo la descubrí hace unos años gracias a una amiga, y desde entonces soy fan incondicional.

La alfalfa (Medicago sativa) es una planta de la familia de las leguminosas. Sus hojas son similares a los tréboles y sus flores son púrpuras. Es originaria de Persia y tiene un amplio uso como alimento para caballos y otros animales de abasto.

En su composición cuenta con una elevada concentración de minerales: como el hierro, el calcio (3 veces más concentración que la leche), el fósforo, magnesio y el potasio; aminoácidos esenciales (triptofano, arginina y asparagina entre otros); y vitaminas: A, B6, B12, biotina, C, D y K.

En su forma comercial se presenta en comprimidos, y la podéis encontrar en herbolarios. Yo particularmente compro la marca Soria Natural, que es la que encuentro más fácilmente y me da mucha confianza. El bote de 300 comprimidos cuesta alrededor de 25 euros y el de 100 comprimidos 10 euros. Las indicaciones de uso son tomar 6 comprimidos al día.
Yo tomo solamente 3 con el desayuno y ya noto unos resultados increíbles.

¡Probadla, no os vais a arrepentir!